Por: Alexandra Ivanova, directora Revista Pasacalles
Agosto 2016
Quizá suena trillado, pero en el mundo hay cosas que nunca se van a acabar, por lo más que los seres humanos estén luchando contra ellas. No se van a acabar, ya que fueron creados por la Naturaleza, antes de que apareciera el primer ser humano. Aunque es triste y doloroso, solo queda aceptar la realidad y seguir adelante, sin olvidar que estas cosas existen y siempre existirán. Una de estas cosas es la muerte.
Quizá suena trillado, pero tanto los adultos mayores como personas jóvenes parten de este mundo por diferentes razones, así como la vejez, enfermedades y accidentes. Y por más trillados que suenen estas palabras, la única forma de enfrentar lo inevitable es aprovechar el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos, sin postergar la expresión de nuestros sentimientos y sin esperar las fechas especiales para decirles que los queremos y que significan mucho para nosotros.
Cuando estamos jóvenes, parece que tenemos toda la vida por delante. Así es. ¿Pero quién esperaba el trágico accidente en el mar y que hace un año cobró la vida de nuestro amigo y colega, Daniel León? ¿Quién sabía que una enfermedad causará la muerte de doña Irsa González, encargada del Complejo Cultural de Pérez Zeledón? ¿O que el viaje que estaba realizando el segundo vicealcalde de Osa, Eugenio Nájera, el 18 de julio de este 2016, era el último?
Y unas horas antes de redactar este artículo, me di cuenta del fallecimiento de mi compañera de estudios de la Universidad Nacional de Donetsk, Ucrania. Tenía solo 31 años de edad y dejó una hija de 10 años, quien ahora estará a cargo de los abuelos. Cabe destacar que esta comunicadora ucraniana estaba dispuesta de apoyar la Revista Pasacalles, lo mismo que cualquier iniciativa para dar a conocer la cultura costarricense en este país de Europa Oriental.
Según las palabras del escritor y periodista estadounidense, Ernest Hemingway, “Lo único que nos separa de la muerte es el tiempo”. Quizá suena trillado, pero hay que valorar la amistad, la sinceridad y tan solo buenas intenciones de aquellas personas que aparecen en nuestro camino para ayudarnos en lo que sea. Y por supuesto, luchar por cumplir sus sueños, aunque a veces la tentación de dejarlo para “mañana” es muy fuerte.