Cristopher Valdeír Marín
Escritor, pintor y artesano
Este documento nace de la observación de un patrón particular en la literatura gótica. El propósito es mostrar como la educación medicinal, se encontraba con grandes complicaciones y esas dificultades, serviría de inspiración a varios escritores célebres de la época. Está claro, que queda mucho por saber. Se obviarán registros de estos penosos sucesos si se llevaron a cabo o no, en Latinoamérica y en otras regiones.
La narrativa gótica se ha nutrido de múltiples experiencias tanto reales como ficticias y de escenarios físicos, generalmente, inquietantes, desolados y siniestros. Los solitarios cementerios, son sitios por excelencia en este ámbito artístico y que, en la vida real se llevaron a cabo trágicas, impías y desagradables labores.
El punto inicial, se da en la medicina del siglo XVIII, quien promovió estos asuntos. Los evidentes motivos, fue al verse tan afectada por diversas y grandes limitaciones. Dentro de ellas: se carecía de tecnología necesaria que pudiese ayudar a sostener las diversas teorías de los alumnos entusiastas. La aplicación de métodos generalizados, de una mayor precisión, fueron fallas que pudieron salvar vidas o por lo general evitar a enterrar vivas a las personas creyendo que estaban muertas en apariencia (como la catalepsia). Edgar Allan Poe, logró abordar con gran habilidad esta polémica situación en su cuento de suspenso, El entierro prematuro (The premature burial.)
Sin embargo, la principal problemática en el área medicinal era abastecer las salas de disección (clases de anatomía) con cadáveres. Es decir, la materia prima escaseaba. Para contrarrestar ese faltante, los Doctores fueron motivados a convenir con los numerosos delincuentes. Éstos, saqueaban las tumbas de los cementerios o criptas. La finalidad era vender los cuerpos desnudos. La regla general, fuese que mantuvieran una apariencia de frescura: para ser presentados en dichos centros de estudio. En el peor de los casos, mataban al azar cualquier persona para cumplir con esa necesidad. Además, estas transacciones se comentan que erogaban fuertes cantidades de dinero, efectuándose en la madrugada. Esto se fortalece en el relato de terror, Ladrones de cadáveres (The body snatcher) de Robert Louis Stevenson.
Este tema controversial, principalmente se desarrolló en países europeos: (Inglaterra, Escocia, Holanda.) El escándalo, se deslizó hasta el resto del mundo. La dramática tendencia o la oscura tarea iba más allá de lo tolerable. La inconsciencia y la ruptura con la brecha moralista, fueron las notas dominantes.
Es importante mencionar que además del hurto e investigación con muertos, apareció otro tema de gran interés colectivo en la ciencia: la electricidad
El análisis y los experimentos -algunos alocados y extraños- brindó gran popularidad en la sociedad de ese entonces. Surge la figura de Mary Shelley Wolfstonecraft. Basándose en las ilícitas labores ya comentadas, adjuntando la exploración de electricidad, hace nacer su famosa novela: Frankenstein (o el Prometeo Moderno). En el que el científico, Víctor Frankenstein -uno de los personajes principales- arma un cuerpo con pedazos de diversos fallecidos, haciéndole correr a través de ese conglomerado de despojos, la corriente eléctrica. El resultado final, logra “dar vida” a la abominación. Eventualmente se dan circunstancias fatídicas.
Ahora, avanzando un poco más en la línea temporal, se cristalizan estereotipos del “científico loco”. Con todo este revoloteo, ya mencionado, y especialmente en el ocaso de la vida de Howard Phillips Lovecraft, lo toma como musa. Logra crear una saga de 6 cuentos, en la que se implica nuevamente la medicina y los cementerios. Estoy hablando sobre Hebert West: Reanimador. En esta ocasión, introduce también las historias de zombis y como la ciencia podría vencer a la muerte. Según estos 6 episodios, el médico West, comenta a su ayudante, abiertamente que la vida es solo un proceso químico y que puede reactivarse la vida. Aparecen de nuevo los saqueos tumbales, una trama sumamente absorbente y a la vez, deliciosamente oscura, inquietante. Se hace presente el seguimiento de noticias e información de índole necrológico, cuyos resultados llegan a ser totalmente rudos, desastrosos y fatales, muy propio de Lovecraft.
Resulta interesante conocer como estas dos áreas se combinaron, siendo el punto de partida para varios géneros literarios como: la ciencia ficción, el horror, entre otros, que posteriormente fueron haciéndose cada vez más híbridos. Esas limitaciones médicas, fueron el hecho generador, adoptado por una promoción de escritores contemporáneos. Crearon trabajos trascendentales. Demos gracias que sucedieron estas extravagancias y que podemos disfrutar de estos relatos. Estos eventos, han sido recreados o adaptados a las distintas plataformas audiovisuales, en la música y teatro.
Existe un amplio catálogo de cuentos y de autores, pero estos son algunos de los textos recomendados, siguiendo la relación con los campos santos, la profanación, ciencia medicinal y la anulación de la Muerte:
· Los amados muertos, (The Loved dead), H.P. Lovecraft
· El sabueso, (The hound), H.P. Lovecraft
· La muerta, (La morte), Guy de Maupassant
· Había un hombre que vivía junto al cementerio, (There was a man dwelt by a Churchyard), M.R. James
· Cementerio de mascotas, (Pet Sematary), Stephen King
· Horror en el cementerio (The horror in the burying-ground), Hazel Heald & H.P. Lovecraft.
· La declaración de Randolph Carter, (The statement of Randolph Carter), H.P. Lovecraft
Las obras que se mencionaron:
· El entierro prematuro, (The premature burial), Edgar Allan Poe
· Frankenstein, Mary Shelley Wolfstonecraft
· Ladrones de cadáveres, (The body snatcher), Robert Louis Stevenson
· Hebert West: Reanimador (Hebert West: Re-animator) H.P. Lovecraft