Ciudad Cortés a través de los tiempos
Colaboración: Gabriela C. López
En otros tiempos, Ciudad Cortés y el río Grande de Térraba jugaron un papel protagónico para la comunicación, el intercambio y el comercio en la zona Sur.
Este Puerto-Ciudad, fue la entrada a la zona Sur de Costa Rica, en un tiempo donde la compañía bananera empezaba a romper montaña. En aquel entonces, miles de personas migraban a la “zona”, para buscar oportunidades de trabajo.
Desde Puntarenas y Quepos, entraban las lanchas a Ciudad Cortés, así como llegaba el tren de la Bananera. Navegando a lo largo del río Grande de Térraba, los indígenas Brunkas y Térrabas bajaban desde las montañas, a comerciar sus productos de cosecha y animales.
En este contexto, el río Térraba cumplía con su rol indispensable, en un tiempo donde se navegaba en botes de madera, con palanca y canalete.
Bajo la tutela y compañía de don Javier Barrantes, vecino de la comunidad e historiador por vocación, la fotógrafa generaleña, Gabriela C. López, realizó un recorrido para revivir el panorama de la arquitectura y el ambiente que se desarrolló en Ciudad Cortés en aquella época y ahora comparte los resultados de su trabajo con la Revista Pasacalles.
“Conversamos con algunas personas, canaleteros veteranos, entre ellos, don Rafael González Leiva, don Francisco Mavisca Mavisca, don José Ángel Lezcano Beita y doña Paula María Torres, quienes conservan en su memoria los relatos de la navegación por este río.
Estas personas vivieron la experiencia de navegar a punta de palanca y canalete, río arriba y río abajo. Recuerdan que era cosa de todos los días bajar y subir navegando por el río. Desde la comunidad de Rey Curré, hasta El Embarcadero de Ciudad Cortés.
Asimismo, nos explican que el río era diferente en aquella época. También, que el caudal y la biodiversidad en los alrededores del río, han cambiado radicalmente en los últimos 80 años.
Hoy en día, la palanca y el canalete han pasado a un segundo plano para la navegación en bote. La llegada de los motores significó un gran cambio. Para estas personas, el oficio de canaletear por el río Térraba fue su vida, pero llegó un momento donde el principal medio de transporte se transformó. Con la construcción de la Carretera Interamericana, los botes fueron prácticamente desplazados, lo mismo que el oficio de muchos.
El Térraba, es un personaje carismático y bondadoso, que ha transportado no solo productos para el comercio, sino también historias y culturas. Para don Rafael González, vecino de la comunidad de Rey Curré, el río es un patrimonio que no debe ser maltratado. Él explica que dentro de la cosmovisión indígena, hay guardianes y protectores, que resienten como las personas hemos descuidado nuestra relación con este río.
Sin embargo, la experiencia de navegar por él, es única y es una añoranza por revivir.
El río Grande de Térraba mantiene su presencia, sigue fluyendo y por sus aguas navega la Identidad Cultural de la zona Sur de Costa Rica. A través de las voces de estos mayores, hemos podido revivir la vida y la historia de Ciudad “Puerto” Cortés en su intrínseca relación con el río Grande de Térraba. Y gracias a la hospitalidad y colaboración de Javier Barrantes, hemos realizado un recorrido histórico y arquitectónico, conociendo las vivencias de Ciudad “Puerto” Cortés”.