UPIAV, una historia de la lucha campesina que empezó hace 50 años
Por: Alexandra Ivanova
Una organización con más de 6000 asociados y que ha ayudado a miles de agricultores y pequeños y medianos empresarios de Pérez Zeledón, Costa Rica, a luchar por mejores oportunidades y ha protagonizado las luchas históricas que se dieron en el sector agrícola.
También, una agrupación que facilita a sus asociados el acceso a los servicios de salud y capacitación en diferentes temas.
Esta es la Unión de Productores Independientes y Actividades Varias, que este año ha celebrado su 50 aniversario de la fundación. Sin embargo, su historia empezó en un pueblo escondido en el Cerro de la Muerte, con un grupo de agricultores que no perdieron la esperanza de trabajar en sus propios terrenos.
En unos 36 kilómetros de San Isidro de El General, girando a la izquierda de la Carretera Interamericana, entre la vegetación que brilla con todos los tonos de verde y el clima fresco de la montaña, se esconde Siberia de Páramo, un pueblo que obtuvo su nombre en honor a una región conocida a nivel mundial por sus bajas temperaturas.
Hace 50 años aquí empezó la historia de una organización que en el transcurso de todo este tiempo ha respaldado la lucha campesina y ha apoyado a los agricultores en diferentes proyectos.
Cómo empezó
El 17 de julio de 1971, un grupo de campesinos desposeídos se unieron para reivindicar tierras, iniciando la lucha por los productores de café y granos básicos, entre otras actividades. También se buscó apoyar a los pequeños y medianos empresarios locales, con el fin de mejorar las condiciones de vida de muchas familias generaleñas.
Uno de los fundadores de la organización que lideró la iniciativa, fue el educador Juan José Castrillo Morales. En aquel entonces el profesor trabajó en la escuela de la comunidad.
“Comenzamos con un pequeño grupo de 30 personas, a raíz de unos problemas que se presentaron en esta comunidad. En todo el cerro, de Siberia a Macho Gaff, hubo similitud de problemas y tenían que ver con la tenencia de tierras. Las personas querían trabajar la tierra, pero el Ministerio de Agricultura no les dejaba trabajar, porque no tenían escrituras. Mediante nuestra lucha se logró obtener las escrituras. Muchas personas aprovecharon la ley que se firmó y lograron inscribir debidamente sus fincas”, contó Castrillo.
Luego la organización se extendió a más de 100 comunidades del cantón, tratando los temas del sector cafetalero y de granos básicos, lo mismo que de la infraestructura y salud.
“Gracias a las personas como Jesús Badilla, Juan Miguel Picado, Abelardo Jiménez Peraza, Vinicio Murillo y Cosme Gamboa, entre otros, que dirigieron la lucha a favor de los pequeños productores, se logró ayudar a muchos agricultores a comercializar sus productos”, dijo el fundador de la agrupación.
De acuerdo con Castrillo, la comercialización de los productos siempre ha sido uno de los grandes retos para el sector agrícola en Pérez Zeledón.
“En este cantón se producen muchas cosas, el problema siempre ha sido comercializar los productos y obtener buenos precios para el café. Hasta el momento, el sistema de comercialización ha mejorado mucho, gracias a la UPIAV y otros grupos organizados”, dijo don Juan José.
Asimismo, recordó que la primera feria para apoyar a los productores locales se realizó en una mesita frente a la antigua oficina de la UPIAV, frente a la Escuela 12 de Marzo.
Otro objetivo de la organización ha sido el mejoramiento de infraestructura en las comunidades rurales.
“En muchas comunidades no había caminos y si no hay caminos, no hay agua ni electricidad. En aquel entonces no había ASADAs, por lo que las personas usaban el agua de las nacientes de los pueblos. Por ello, también luchamos por la apertura de caminos vecinales”, agregó Castrillo.
Carbón y madera eran principales fuentes de ingreso
La producción de carbón y madera fue la actividad principal en Siberia y las comunidades cercanas en los tiempos cuando surgió la lucha de los productores por obtener las escrituras para sus terrenos.
Según recordó Martín Salazar Ilama, propietario del centro turístico Finca Los Amigos del Bosque, quien ha vivido en el lugar durante toda la vida, hace 50 años la mayoría de los vecinos del pueblo trabajaban produciendo carbón que se utilizaba para cocinar en las casas. “El carbón y madera se producían de los árboles que se cortaban en la montaña. La producción de carbón tiene varios pasos. Para empezar, picaban leña, luego la colocaban en una fosa, la tapaban con una capa de monte y lo encendían; después había que estar pendiente del fuego”, explicó Salazar.
El vecino de la comunidad añadió que ahora se produce muy poco carbón, ya que después de la firma de la Ley 7575 o la Ley Forestal, la posibilidad de cortar árboles se ha limitado.
“La mayoría de los fundadores de la UPIAV se dedicaban a la producción de carbón y madera. Luego vieron que era más importante producir que cortar madera, por lo que en el sector se dieron muchos cambios”, dijo don Martín.
Una de las actividades que se está desarrollando en la comunidad, es la producción de hongos shiitake que fueron traídos a la zona en 2008.
Dicen productores
Para Gerardo Céspedes Rodríguez, quien reside en División, es importante que la UPIAV fue partícipe de los hechos históricos.
“Conocí la UPIAV cuando tenía 25 años de edad. Estuvimos trabajando en la organización junto a don Cosme Gamboa de El Jardín. Estuvimos en varias huelgas y manifestaciones muy importantes en San José, siempre defendiendo los derechos del pueblo”, dijo Céspedes.
Desde hace 30 años don Gerardo se dedica a la producción de mora y naranjilla. “Cuando en la zona empezaron los problemas de deforestación, no pudimos hacer más carbón ni madera. Comenzamos a trabajar con la mora natural, hasta que se ha convertido en un monocultivo”, añadió.
Mientras tanto, Luis Guillermo Abarca Hernández, Alberth Abarca Robles y Luis Abarca Hernández, quienes viven en Villa Mills, también se dedican a la producción de mora, entre otras frutas y hortalizas
“Uno de los principales problemas que hasta ahora se viven en el sector, es la falta de la libertad para sembrar. Después de la firma de la Ley Forestal no se puede cortar más de tres árboles por hectárea al año, por lo que no es posible abrir un campo nuevo para sembrar”, dijo Abarca.
UPIAV hoy
De acuerdo con Jaime Rojas Mena, quien vive en Calle Mora de Río Nuevo y este año asumió el puesto del secretario general de la UPIAV, el acercamiento a los productores y el fortalecimiento de la comercialización de productos locales sigue siendo el reto principal de la organización.
“Tenemos que trabajar en la comercialización de productos, brindar a los productores los recursos que el sector productivo necesita, proyectarnos a la sociedad y crear la cultura de ser solidarios y consumir lo que producimos a nivel cantonal. También tenemos que crear centros de acopio, para dar un valor agregado a la producción”, destacó Rojas.
El secretario general añadió que la pandemia ha venido a demostrar la importancia que tiene el sector productivo para la economía local.
“La lucha contra los impuestos elevados, es uno de los grandes logros de la organización. También trabajamos con los fondos de PRONAMIPE que han permitido a muchos productores a mejorar sus condiciones de vida. Además, firmamos varios convenios con diferentes entidades, inclusive el de financiamiento por medio de la Banca de Desarrollo y Crédito Rural”, indicó.
El servicio de salud también es un aspecto importante, por lo que en 2001 se abrió una farmacia.
“Entre otros proyectos, firmamos convenios para ayudar a nuestros asociados a tramitar el bono de vivienda y facilitarles otros servicios médicos, también tenemos un convenio de capacitación con la Universidad Castro Carazo. Para el futuro pretendemos ayudar a nuestros agremiados a acceder a los servicios de contabilidad”, acotó Rojas.
Durante los 50 años, la organización tuvo 7 secretarios generales. Cabe mencionar que Román Chacón desempeñó este cargo durante 11 años que fue el mayor tiempo. Por su lado, Hannia Arias fue la primera mujer que ocupó este puesto, mientras que Vinicio Murillo fue el secretario general más joven, ya que asumió este cargo con 27 años de edad.
Por el momento, la agrupación cuenta con 6600 agremiados.