Los Duques, cuatro no videntes salen adelante con grupo musical
Por: Alexandra Ivanova
La enfermedad congénita por la cual los tres hermanos Castro Montero perdieron la vista, no ha sido un obstáculo para que pudieran cumplir algunos de sus sueños. Tampoco lo ha sido para su compañero Jorge Acuña. La música les ha servido de mucha ayuda para salir adelante y sentirse realizados.
Con ganas de llevar un mensaje de motivación a otras personas no videntes, crearon un grupo musical que fue bautizado como Los Duques.
Unidos por la sangre, música y problema de la vista
Para el vocalista del conjunto, José Francisco, la música significa todo, según lo confesó el artista.
“Los tres hermanos tenemos una enfermedad que nos hizo perder la vista. Desde hace 7 años estoy ciego. La sociedad ha sido muy discriminatoria con las personas no videntes, por lo que no ha sido fácil integrarme en la vida norma después de que había perdido completamente la vista. No obstante, la música me ayuda a sentirme realizado”, dijo Castro.
Don José Francisco añadió que se desplaza por las calles de la ciudad con la ayuda de un bastón; además, una hermana lo acompaña en muchas ocasiones.
Por su lado, su hermano Alberto dijo que casi no ve desde la edad muy temprana y destacó que él es el fundador del conjunto musical Los Duques.
“La idea surgió porque mi papá también era músico. Por ello, mis hermanos y yo propusimos trabajar con él y nos estamos dedicando a la música desde hace más de 30 años”, dijo don Alberto y agregó que su ceguera es parcial, por lo que se puede atender él mismo.
El fundador de la agrupación agregó que él y sus hermanos buscaron más integrantes para el grupo, tomando en cuenta el factor de la discapacidad audiovisual.
“Todos los compañeros que en diferentes momentos tocaron con nosotros, también son no videntes”, destacó.
Don Alberto agregó que toca guitarra y batería, entre otros instrumentos. En cuanto al repertorio, indicó que tocan bolero, bachata, corridos y rancheros.
Por su lado, el tercer hermano, Fernando Castro Montero, dijo que se siente muy bien cuanto tiene la posibilidad de tocar y realizar presentaciones ante el público.
“La música es la vida de nosotros. Tengo ceguera parcial desde que nací y los tres hermanos tenemos la misma condición”, dijo el artista.
Lo más difícil es caminar solo por la calle, confiesa artista
Mientras tanto, Jorge Acuña Vázquez se integró a la agrupación fundada por los hermanos Castro Montero desde hace varios años.
“Generalmente, estamos como un trío porque uno de los hermanos, Francisco, no participa en todas las presentaciones, pero también tenemos otro compañero que a veces se nos une, es el profesor pensionado, Otto Padilla”, dijo el músico.
Don Jorge, comentó que es oriundo del cantón generaleño y nació con el problema de la vista provocado por la toxoplasmosis.
“Cuando llegué a la agrupación, ya fue un conjunto consolidado, el trío estaba integrado por Alberto, Fernando y su papá. Yo ingresé como acordeonista y así formamos el cuarteto. Después de que el padre de los hermanos Castro falleció, quedamos como un trío y a veces Francisco canta con nosotros”, contó Acuña.
Durante las presentaciones los músicos cuentan con la ayuda de los asistentes. “Hoy en día tenemos la dicha de contar con los asistentes. También recibí una capacitación del Instituto Hellen Keller y de la Escuela Fernando Centeno Güell, para atender mis necesidades como no vidente”, agregó don Jorge.
Para Acuña, el acordeón está en la lista de los instrumentos que les gustan, ya que se siente atraído por los teclados, pero también le llama la atención la trompeta.
Los integrantes de la agrupación dijeron que cuentan con la pensión no contributiva de la Caja Costarricense de Seguro Social y también participan en diferentes eventos privados, entre ellos, serenatas y eventos sociales, para generar los recursos económicos.
A criterio del artista especial, después de la aprobación de la Ley 7600, Pérez Zeledón se ha ido convirtiendo en un cantón más cómodo para las personas no videntes, sin embargo, aún hay mucho en que trabajar.
“Lo más difícil para mí como una persona no vidente fue comenzar a caminar solo, porque una persona con esta condición necesita una preparación para ello, lo mismo que superar todo el nerviosismo que se puede enfrentar en la calle”, concluyó.